EL ANTIGUO ARTE SOBRE LA ROCAS

EL ANTIGUO ARTE SOBRE LA ROCAS

Horacio Salamanca

Las pinturas en las paredes de cuevas y montañas son la expresión de un arte ancestral, el arte rupestre que en México tiene sus legados más viejos en Baja California, pero se trata de una expresión que se mantuvo viva hasta el siglo XX.

Hay evidencias en varias partes del país continuaba en la época del porfiriato, cuenta Marie Areti Hers Stutz, del Instituto de Investigaciones Estéticas (IIE) de la UNAM.

Explica que en Zacatecas, Durango y Jalisco hay sitios de arte rupestre que narran las relaciones con comunidades muy lejanas, que se encuentran desde Durango hasta el centro de Chihuahua y más al norte, al suroeste de Estado Unidos.

La investigadora trabaja en Hidalgo, donde predomina un arte rupestre tardío, de la época del imperio mexica, pero sigue durante gran parte de la época colonial y ofrece la visión otomí de cómo se insertaron en ese nuevo mundo del Virreinato, tratando asuntos tan importantes como la relación entre su antigua religión y la devoción cristiana.

Un lugar de gran importancia es la cueva de Oxtotitlán, perteneciente a la cultura olmeca, localizada en el municipio de Chilapa de Álvarez, Guerrero. Está formada por varias piezas de pintura rupestre relacionadas con la iconografía de esa cultura, pero ha sido dañado con aerosol. Ahí se realiza una labor importante del INAH para incorporar a comunidades locales en el resguardo de esos espacios.

Indica que sólo los pobladores pueden defender el patrimonio de su territorio, porque “no es lo mismo cuidar y proteger una zona arqueológica abierta al público, que varios sitios de arte rupestre dispersos en las montañas; sólo la gente del lugar puede hacerlo”. VIS