Antonio Ávila
Las letras de Mario Vargas Llosa vuelven a crear universos fantásticos sobre escenas reales, cuatro años después de su novela Travesuras de la niña mala, en noviembre pone en las librerías de España, Latinoamérica y el mercado en español de los Estados Unidos El sueño del celta.
Se trata de una obra basada en la vida del irlandés Roger Casement, que, en palabras de Vargas Llosa: “Tuvo una vida muy aventurera y realmente novelesca”.
El peruano-español dedico tres años a reconstruir la vida de este defensor de los derechos humanos y diplomático británico que acabó militando activamente en la causa del nacionalismo irlandés.
“No me acuerdo cuando descubrí este personaje, pero sí que fue al leer una biografía de Joseph Conrad. Al principio me despertó la curiosidad, sobre todo porque vi que había estado en la Amazonía, en el Perú amazónico. Empecé a buscar materiales sobre él y cuando me quise dar cuenta ya me había atrapado”, dijo Vargas LLosa.
Roger Casement (1864-1916) fue cónsul británico en el Congo Belga y dedicó dos décadas de su vida a denunciar las atrocidades del régimen de Leopoldo II en el país africano. El gobierno británico le encomendó investigar la situación de los indígenas que trabajaban en la extracción del caucho en la Amazonía, en la región del Putumayo, zona fronteriza entre Colombia y Perú.
Casement escribió dos informes de gran repercusión en la época, detallaban los terribles abusos contra los indígenas. “Roger Casement es uno de los primeros europeos que tuvieron una conciencia clara de lo que fue el colonialismo y que denunció sus tropelías”.
El sueño del celta narra, en definitiva, la peripecia vital de un aventurero, un idealista al que la vida le esperaba como una metáfora de la maldad. Ahí, en ese territorio que se multiplica por cinco (África, la Amazonia, Irlanda, la cárcel, el sexo), Casement toca la maldad humana en su estado más puro y, por tanto, más enfangado. Una obra apasionante que roza el alma humana, la atraviesa y la devuelve en su estado más verdadero, oscura o clara, clemente o maldita. VIS