CENIZAS VOLCÁNICAS, UNA AMENAZA REAL

CENIZAS VOLCÁNICAS, UNA AMENAZA REAL

Luis Cuenca

México necesita un centro de advertencia de caída cenizas volcánicas, que proporcione información pronta de actividad de los volcanes del territorio nacional, incluso de una región que incluya la parte norte de Sudamérica y Centroamérica, esa esa es la documentada opinión de Hugo Delgado Granados, investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM.

El experto dice que volcanes como Santa María (Guatemala), Cosigüina (Nicaragua) e Ilopango (El Salvador) han tenido una fuerte influencia en el territorio mexicano, por ello, “debemos estar preparados, pues tarde o temprano se manifestará actividad” volcánica de esos colosos.

Es cierto que se han tomado ciertas medidas, autoridades aeronáuticas mexicanas tienen un protocolo estructurado, enlazado con el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) para el caso del Popocatépetl, pero es importante pensar más allá de la situación actual.

Existen centros atienden y observan las nubes volcánicas producidas por los diferentes colosos, pero en México, el centro correspondiente es el de Washington y los otros dos más cercanos se ubican en Montreal y Buenos Aires. El gobierno mexicano tendría que establecer uno en el país.

La ceniza volcánica

Delgado Granados dice que se trata de partículas menores a dos milímetros, las finas tienen menos de 10 micrómetros y son fragmentos de roca, minerales y vidrio que el volcán pulveriza en sus explosiones, con dureza mayor a la de la mayoría de las aleaciones de metales fabricados por el hombre.

Las más pequeñas son transportadas por el viento a miles de kilómetros y pueden permanecer en la atmósfera por días y formar nubes que en muchas ocasiones no pueden distinguirse de las meteorológicas, ni siquiera con el uso de instrumentos de navegación.