Rosa Méndez
Las redes solidarias son de una importancia capital, las hay en casi todos los terrenos sociales, como las dedicadas a brindar “esperanza y soporte a mujeres mexicanas al fomentar la independencia y superación”.
Esa es la idea de “Tejiendo una vida”, una asociación civil, cuyo eje de trabajo se da porque “una mujer que se enfrenta a un embarazo no deseado generalmente está sola, desesperada, presionada y es por eso que en esos momentos necesita más que nunca de alguien que le brinde alternativas de solución y apoyo incondicional para poder sacar adelante su situación de una manera digna”.
En la agrupación se “ofrece un camino por el cual estas mujeres puedan tener un ingreso que les ayude a cuidar su embarazo y una posibilidad real para mantener a su hijo así como darle un sentido de valor a sus vidas a través del trabajo”.
Y con la ayuda de las boutiques Rapsodia es un proyecto autosuficiente. Tejiendo una vida, comienza con la aportación del capital que se utilizará para comprar los estambres y pagar la mano de obra. Con la venta de prensas se recuperará el costo de la materia prima y la mano de obra inicial, para continuar con la producción y el pago justo del trabajo de las mujeres.
Quienes son apoyadas llegan de los Centros de Ayuda a la Mujer, que ofrecen ayuda y orientación a la mujer que opta por continuar con l embarazo y conservar al bebé. Aparecieron en la Ciudad de México el 15 de agosto de 1989 y desde esa fecha se han abierto 43 centros.
Rapsodia debutó en agosto de 1999 en Buenos Aires, Argentina, de la mano de Sol Acuña, Josefina Helgera y Francisco de Narváez. VIS