BUENOS DEPORTISTAS ELIGEN BIEN SUS TENIS

BUENOS DEPORTISTAS ELIGEN BIEN SUS TENIS

Marisela Torres 

Los Juegos Panamericanos de Guadalajara han encendido la pasión de los mexicanos por el deporte y el interés por los beneficios de la actividad física en la salud y bienestar, pero poca gente dedica atención en lo que se calza.

Sin dejar pasar el hecho que los pies, que funcionan como soporte y propulsor, gracias a los cuales  atletas y quienes practican el deporte por salud o recreación, pueden desplazarse hacia sus metas. 

Si en la vida cotidiana es imprescindible contar con una buena salud de los pies, para la práctica de cualquier deporte ésta es esencial en la optimización del rendimiento físico.

Cuando se hace deporte, los pies están sometidos a una fuerte carga traumática. Por ejemplo, una persona que realice carrera de media distancia, en la que cada pie choca contra el suelo entre 60 y 70 veces por minuto, al cabo de 5 kilómetros habrán producido entre 3,000 y 6,000 pequeñas colisiones, y un maratonista habrá colisionado contra el suelo entre 30,000 y 50,000 veces.

El doctor Edgar Álvarez Trejo, director de la Escuela Podológica de México y el podólogo José Hilario Hernández, miembro de la Asociación Mexicana de Quiropedistas  Podiatras, indican que el principal riesgo al que se someten las personas que practican deportes son los traumatismos en el pie o las uñas.

Expertos de Gaderma, que produce cremas la salud de los pies, dice que los atletas se exponen  sudoración excesiva del pie e infecciones oportunistas producidas por hongos, las cuales son:

Tiña del pie o pie de atleta, problema frecuente en los deportistas. Es una infección causada por hongos en la piel de la planta del pie y en ocasiones entre los dedos, que se manifiesta con la aparición de grietas, descamación y en ocasiones prurito (comezón), acompañado de mal olor.  

Onicomicosis, la cual aparece cuando la infección causada por  los hongos en la piel invade las uñas. Es altamente contagiosa y difícil de erradicar, por lo que se requiere una vigilancia frecuente en los cambios de coloración en las uñas, que se tornan blancuzcas, cafés o negras, y empiezan a desmoronarse, además de que pierden brillo y se engrosan.