CREMA CENTENARIA Y COMPAÑERA DE MILLONES

CREMA CENTENARIA Y COMPAÑERA DE MILLONES

Sofía Romero

Los colores identifican a muchos productos, la gente identifica a unos cuantos por la forma, es el caso de una crea es conocida como “la lata que va a dondequiera” y que cumple un siglo de andar de un lado a otros, sobre todo en la piel de mujeres, hombres y niños.

En diciembre de 1911 nació NIVEA Creme, que entonces se vendía en una lata amarilla, con una fantasiosa decoración de las letras verdes que reflejaba una tendencia artística popular de la época, el Art Nouveau (del francés: “nuevo arte”), caracterizado por formas ornamentales entrelazadas basadas en la naturaleza.



De acuerdo a la costumbre de poner nombres latinos a productos farmacéuticos, el doctor Troplowitz llamó a su crema blanca como la
nieve “NIVEA”, derivado del adjetivo “niveus/nivea/niveum” en latín
que significa blanco como la nieve.

Por ser el producto central del universo, su fórmula apenas ha variado desde sus comienzos.

La popularidad de la crema es universal y cuenta con un respaldo científico que surge de un moderno centro de investigación dermatológico que abrió sus puertas en Hamburgo (Alemania) en 2004, con lo que se reafirmó la fuerza innovadora del grupo global Beiersdorf.

Esto es relevante por su impacto en el campo de la dermatología, pues los científicos de Beiersdorf se centran en la estructura y funcionamiento de la piel con el objetivo de descubrir nuevas maneras de apoyar la salud de la piel con la ayuda de los productos NIVEA.

Los expertos que laboran allí dicen que en el campo de la investigación tecnológica de productos, se estudia cómo deben diseñarse los productos para poder disfrutar de forma práctica los resultados de la investigación dermatológica.

La cuestión principal es cómo deben estar estructurados los productos
NIVEA, para poder dar apoyo a la piel de forma cada vez más individual. VIS