
Rosa Méndez
Son muchas las cosas malas que se dicen de las grasas, que son peligrosas para la salud, pero es cierto que las hay buenas y que ayudan a mantener el bienestar, incluso son recomendadas para la buena nutrición incuso de las mujeres embarazadas o las que ya dieron a luz.
Es bueno para todo mundo consumir más grasas de la familia de los omega, sobre todo omega 3, que se encuentran en los pescados de agua fría, en los aceites vegetales, como el de soya (Nutrioli) y en las semillas oleaginosas, cuenta la nutrióloga Cecilia García Schinkel.
Para esta especialista en el buen comer: Una dieta alta en ácidos grasos omega 3 y con la correcta proporción de ácidos grasos omega 6, como la que se encuentra en aceites de soya garantiza la salud cardiovascular, da saciedad y permite apegarse a una dieta correcta o de restricción energética para bajar de peso.
El tener un correcto rendimiento en el trabajo, la concentración y la memoria tiene que ver con la ingesta adecuada de DHA, ácido graso esencial presente.
Lo importante es decidirse por los hábitos alimentarios sanos y un estilo de vida saludable no sólo hoy.
García Schinkel da ciertos tips:
Para tener un estilo de vida saludable es esencial una dieta correcta, una vida más físicamente activa e incluir el deporte o ejercicio como parte de nuestras rutinas diarias.
El menú es cuestión personal, ya que depende del sexo, edad, estatura y peso, composición corporal (cantidad de grasa corporal y músculo) y actividad física. Pero, los planes alimenticios deben estar basados en los mismos principios: Que sea adecuada a nuestros gustos y horarios, a nuestro presupuesto y que tome en cuenta nuestra cultura alimentaria.
Beber suficiente agua sola (entres 6 y 8 vasos diarios) y evitar el consumo de bebidas azucaradas, incluyendo los jugos industrializados e incluso los jugos frescos sin pulpa ni fibra.
Consumir alimentos ricos en fibra, pues brindan saciedad y ayudan a mantener una correcta digestión y un sistema de depuración más efectivo.
Tomar bebidas alcohólicas con moderación (nunca más de dos copas en un día y siempre con las comidas), evitar el tabaco, consumir lo menos posible de cafeína, ya sea como café, té o refrescos…
Comer cereales (arroz, productos de panificación, papas, avena, etc.) siempre integrales (con su cascarilla) y en preparaciones bajas en sal, azúcar y grasa.
Incluir en los platos muchas verduras y frutas(al menos cinco porciones de cerca de ¾ de taza al día). Consumir más verduras que fruta y tratar de comer alimentos de todos los colores.
Elegir cárnicos magros y lácteos descremados. Preferir pescados, sobre todo los de mares fríos como el salmón, el atún, la sardina o el bacalao. Evitar las grasas de origen animal y preferir grasas vegetales, sobre todo aceite vegetales (como Nutrioli). VIS