Vida Idea Segura
Es importante que la gente sepa que la neumonía es un mal respiratorio causado por virus o bacterias, pero sobre todo que existen vacunas para detener a esta enfermedad.
Afecta principalmente a la población en los extremos de la vida, aunque puede presentarse a cualquier edad: a los menores de 5 años y a los mayores de 65, grupo de edad que en 2021 registró 33,705 nuevos casos.
Mal de todo el planeta
Los pacientes que requieren hospitalización son muchos, el porcentaje se sitúa entre 22% y 51%, mientras que el de mortalidad va del 3% a 24%. En 2019, provocó la muerte de más de 740 mil, menores de 5 años.
Raíz del mal
“La enfermedad ocurre cuando los alvéolos de los pulmones se llenan de pus y líquido, lo que hace que la respiración sea dolorosa y limita la entrada de oxígeno. “Se transmite generalmente por contacto con personas infectadas a través de las pequeñas gotas que pueden expulsarse cuando una persona infectada estornuda o tose”, explica Marcelo Díaz líder médico de Pfizer.
Hay que observar sus síntomas, que pueden empezar de manera repentina o gradual a lo largo de unos días, son y se manifiestan expectoración de flemas, dificultad para respirar y fiebre alta.
Otras de las mala señales de la neumonía son dolor torácico, sensación de cansancio, pérdida de apetito, ruidos al respirar y confusión, con mayor frecuencia en los adultos mayores.
Prevención clave
Hay personas que corren mayor riesgo de padecer neumonía debido a la edad o problemas de salud.
Es importante llevar a cabo las siguientes medidas de prevención:
- Vacunación: Las inmunizaciones pueden ayudar a prevenir la infección por algunas de las bacterias que pueden causar neumonía.
La vacunación contra la influenza tipo B, el neumococo, el sarampión, la gripe y la tos ferina (pertussis) es la forma más eficaz de prevenir la neumonía.
Hay vacunas disponibles para prevenir las infecciones producidas por neumococo, el tipo más frecuente de bacteria que causa neumonía. Las antineumocócicas son especialmente importantes para personas con alto riesgo de neumonía, que incluyen a los adultos de 65 años o más y a los niños de 2 años o menos, aquellos con enfermedades crónicas o sistema inmunitario débil.
Evitar el tabaquismo: El tabaco incrementa la susceptibilidad a la infección bacteriana pulmonar, incluso en fumadores pasivos.
Este efecto muestra dosis-respuesta, ya que el riesgo disminuye de manera importante 10 años después de abandonar el hábito, situándose a niveles de no fumadores.
Medidas efectivas de higiene: Lavarse las manos con regularidad, limpiar y desinfectar las superficies de mayor contacto, taparse con un pañuelo al toser o estornudar.
Estilo de vida saludable: Una dieta sana, descanso adecuado y ejercicio con regularidad ayudan a mantenerte bien.
Asimismo, una nutrición adecuada es clave para mejorar las defensas naturales.