Educación e información evitan discriminación en pacientes con VIH

Roberto Ortiz

El primero de diciembre se conmemora el día mundial del Sida y desde que en 1983 se detectó en nuestro país y hace 30 años que las autoridades implementaron un plan de salud para combatir el Virus de inmunodeficiencia adquirida, México cuenta hoy con una de las más innovadoras terapias para el tratamiento de la población que vive con esta enfermedad.

El nuevo esquema federal de salud para atención a pacientes con VIH contempla nuevos mecanismos administrativos en la compra y entrega de medicamentos antiretrovirales de calidad sugeridos por especialistas, organizaciones civiles y activistas para dar prioridad a las personas y comunidades que les ofrezca mejores terapias a precio justo.



Su implementación en todas las instituciones de salud de nuestro país permitirá que la población infectada reciba el mismo tratamiento para un mejor diagnóstico y tratamiento de cada caso así como ahorro en costos para la atención y adquisición de medicamentos.

Independientemente de que pertenezcan al IMSS, ISSSTE o Centro Ambulatorio para la Prevención y Atención en Sida e infecciones de Transmisión Sexual (CAPASITS) el esquema pretende unificar y mejorar las condiciones de salud de todos los pacientes en el país.

Pese al esfuerzo de las autoridades aún persisten estigmas que obstaculizan la posibilidad de que las personas se decidan y acudan a realizar una prueba de detección asegura el coordinador del grupo de apoyo VIHveLibre , Alaín Pinzón.

Añade que aún falta por vencer la discriminación así como barreras estructurales que obstaculizan el diagnostico de un estimado de más de 70 mil personas que viven con el virus y no lo saben aunado a las complicaciones laborales y sociales que enfrentan quienes que están bajo tratamiento antiretroviral.

El también defensor de Derechos humanos aseveró que el tratamiento debe extenderse hacia el buen trato y respeto a la dignidad humana con diagnóstico oportuno y acceso al servicio de salud, libres de prejuicios ya que existe una mayor discriminación en trabajadores sexuales y mujeres transgénero.

La mayoría de las unidades que brindan esta atención médica como los CAPASITS para dar servicio a las comunidades solo están en las ciudades con mayor prevalencia como la de México, Guadalajara, Monterrey y otras más, lo cual dificulta el tratamiento para quienes viven alejados de estos centros con consecuencias graves en adherencia a la terapia.

Finalmente el activista recalcó que el VIH sigue siendo un reto de salud pública por lo que la educación e información son armas indispensables para evitar la discriminación y una labor conjunta del gobierno y la sociedad para extender los servicios en todo el país en la búsqueda de la simplificación de los tratamientos según guías nacionales y mundiales con evidencia científica para hacer de los antiretrovirales una herramienta efectiva, terapéutica y preventiva.