EL CALDO DE POLLO, MUY SANO Y SABROSO

EL CALDO DE POLLO, MUY SANO Y SABROSO

Sofía Romero

Una dicho tradicional que se aplica en casa cuando alguien se siente mal o se le ve cabizbajo es “tómate un caldito de pollo”, que al final resulta una buena receta familiar.

Servirse un tazón o plato de caldo con verduras, pollo, garbanzos o arroz es confortante, pero nos cuenta Hugo Hernández Jiménez, chef ejecutivo de Doña María, que uno sus secretos es la preparación del caldo, ingrediente importante en la gastronomía mexicana.

Es de larga tradición, viene desde la época prehispánica, cuando se estilaban los guisos con pollo como el totollaoli, hecho de gallina con maíz, que era algo muy parecido al pozole, o la cazuela llamada totollin patzcalmollo, que significa gallina hecha a su modo.

Con el acelerado ritmo de vida es difícil destinar tiempo a la cocina, así  que ya se pueden encontrar opciones de caldo como las de Doña María: en cubo o granulado, natural y con tomate. “Son preparados hechos con los condimentos exactos, pollo y vegetales deshidratados de primera calidad que, una vez añadidos al agua, permiten obtener rápidamente un caldo consistente y bien equilibrado”, dice el chef.

Con más de 50 años de experiencia, la casa sigue innovando tanto la presentación de sus moles y salsas listas para guisar, como su nueva formulación de caldo de pollo, que mantiene la esencia artesanal de sus componentes para dar sabor a la comida tradicional.

“Además de ser económicos y de larga vida útil, los caldos de pollo Doña María son una buena alternativa para quienes desean agregar sazón a sus primeros guisos; por ejemplo, las recién casadas, que para consentir el paladar de su esposo reinterpretan las recetas heredadas de la amplia y rica comida mexicana”, agrega.

El consomé de pollo está siempre en las cocinas de México, ya sea líquido o como condimento para arroces, pastas, sopas, purés, ensaladas, frijoles y otros platos populares, entre los que destaca el mole. VIS