Roberto Ortiz
El perro no solo es una compañía para el adulto o compañero de juegos de los niños, ya que su gran sensibilidad e inteligencia le permite realizar otras labores útiles para el hombre.
Desde la antigüedad, los canes han apoyado a los seres humanos en sus actividades de caza, cuidado de rebaños, vigilancia y protección de viviendas y más recientemente como guías de personas invidentes.
Esta es la importante labor que realiza la Escuela para entrenamiento de perros guía para ciegos que dona gratuitamente animales adiestrados para personas con discapacidad visual de escasos recursos.
Su tarea conlleva un proceso de socialización desde el primer año de vida del perro con una familia adoptiva para después entrenarse como guía durante 7 años y luego ser jubilado bajo el cuidado de personas que disfrutan la compañía de estos nobles animales.
Con 13 años de experiencia la escuela ofrece además para el publico en general, servicios de estética, hospital veterinario, pensión canina y entrenamiento de obediencia básica y los recursos que obtiene sirven para el mantenimiento de sus instalaciones así como el entrenamiento, alimentación y cuidados médicos de perros guía.
Silvia Lozada Badillo, directora general de la institución explicó que un perro guía necesita desarrollar una actitud proactiva para conducir a sus amos a diferentes lugares, comportarse con serenidad ante distracciones del entorno y salvaguardar la integridad de su dueño hasta en situaciones de mayor riesgo.
Pero también, agregó, la persona beneficiada con la donación necesita un mes de capacitación en el manejo de su guía dentro y fuera de la escuela para luego enfrentarse a situaciones reales de calle.
La escuela también brinda servicios de rehabilitación integral para invidentes, como orientación y movilidad, estrategias para actividades cotidianas, lecto-escrtitura en sistema Braille y capacitación en computación con sistema parlante.VIS