Rosa Méndez
Los años pasan y cada uno se suman miles de personas a las víctimas de artritis reumatoide , que mucha gente define simplemente como reumas, mal que atribuye erróneamente a muchas cosas y así no tiene oportunidad de una tratamiento adecuado.
Los médicos dicen que el mal es una enfermedad inflamatoria, crónica, autoinmune y potencialmente invalidante, un padecimiento que afecta a unos 65 millones de personas en todo el mundo. Datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) apuntan que estima que en México 1% de la población la padece.
La doctora Sandra Carrillo, reumatóloga del Hospital Primero de Octubre, indica que “la prevalencia de artritis reumatoide en mujeres es mayor, de cada tres mujeres, sólo un hombre la padece”.
No se sabe del todo el por qué de esta predisposición, pero embargo puede ser consecuencia de algunas hormonas y genes que contribuyen a que se presente más en el sexo femenino.
Aproximadamente el 50% de los pacientes experimentan una discapacidad funcional significativa dentro de los cinco primeros años a partir del momento del diagnóstico, lo que les impide continuar con sus actividades laborales, teniendo así que jubilarse en edades económicamente activas, dice.
La artritis reumatoide ataca con mayor frecuencia a mujeres de 25 a 50 años de edad (etapa productiva), afectando su entorno laboral debido a que no pueden desempeñar muchas actividades como el sostener una pluma, el teléfono, o utilizar una computadora, debido a las afectaciones que produce este padecimiento en las articulaciones como dolor, rigidez, pérdida de movilidad, inflamación en manos, muñecas, rodillas y pies.
Recientemente, se han identificado distintas sustancias llamadas citocinas que juegan un papel muy importante en el desarrollo de las manifestaciones de la artritis reumatoide. Una de estas se denomina Interleucina-6 (IL-6), la cual en condiciones normales, estimula y contribuye al equilibrio del sistema inmunológico, de los huesos, de la sangre, riñón, hígado, etcétera.
Actualmente existen terapias biológicas con novedosos mecanismos de acción que contribuyen a mejorar la calidad de vida de los pacientes.
“Tocilizumab es un medicamento biológico que bloquea el efecto de la Interlucina 6 (IL-6), con lo que se mejora considerablemente los signos y síntomas de la artritis reumatoide así como la calidad de vida y como consecuencia a largo plazo reduce el impacto y progresión de la enfermedad”, comentó la especialista. VIS