UN DESAYUNO SANO, VITAL PARA EL CUERPO

UN DESAYUNO SANO, VITAL PARA EL CUERPO

Antonio Ávila

El desayunar bien es una de las mejores costumbres que pueden crearse en familia, pues este tiempo de comida proporciona la energía y los nutrientes necesarios para empezar el día de manera adecuada.

Expertos del Consejo Europeo de Información sobre la Alimentación nos dicen que “desayunar con regularidad se relaciona con un mejor consumo de nutrientes y puede contribuir a mantener un peso corporal saludable”.



Para que a nadie le quede duda sobre el tema, señalan que es especialmente importante para niños y adolescentes, ya que facilita el aprendizaje y mejora el rendimiento escolar, en particular en niños con un estado nutricional deficiente.
El desayuno es la comida que más nos “saltamos” y es importante que la población europea conozca los beneficios que aporta.

Puntos a favor

La mayoría de los niños y jóvenes pasan rápidamente de estar dormidos, estado en el que el cuerpo ha ayunado durante varias horas, a un estado de gran actividad. Esto hace que aumente la demanda de glucosa de los músculos y el cerebro, por lo que necesitamos “combustible”. El desayuno termina con el ayuno nocturno y aporta energía para estimular la actividad del cuerpo y de la mente.

En comparación con quienes no desayunan, quienes lo hacen tienen mayor probabilidad de cumplir con las recomendaciones nutricionales y consumen más vitaminas, minerales y fibra. Basta con echar un vistazo a la composición habitual del desayuno de los niños para comprobar por qué, ya que los productos lácteos, cereales, pan, zumo, fruta y huevos son los elementos más populares.

Hay pruebas que demuestran que los niños que desayunan tienden a estar más delgados. Recientemente, la revisión sistemática de dieciséis estudios en más de 59.000 niños y adolescentes europeos sobre el efecto de la omisión del desayuno en el control del peso halló que su consumo estaba asociado con un menor Índice de Masa Corporal (medida del peso en relación con la altura) y aparentemente protegía del sobrepeso y la obesidad. Otros estudios revelan hallazgos similares. Sin embargo, como en el caso de todos los estudios observacionales, no se puede deducir una relación de causa y efecto.VIS