
Antonio Ávila
A nadie se le ocurre pensar que el nombre del planeta es equivocado, Tierra se llama y nadie lo pone en duda, pero es un hecho que podría haber sido bautizado como agua, que es el elemento dominante, un detalle aclara la ciencia, para la cual el “agua dulce” en realidad no lo es, pues no contiene azúcares.
La investigadora Gloria Vilaclara Fatjó, del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM, pone sobre la mesa un tema interesante: La Tierra debería llamarse agua, pues tres cuartas partes del planeta están cubiertos por ella,con una preponderancia en el hemisferio sur, detalló en la conferencia Las aguas dulces… ¿son tan dulces?
El globo terráqueo se divide en cuatro grandes grupos: atmósfera, biósfera, geósfera e hidrósfera. En esta última, se concentran un millón 350 mil kilómetros cuadrados de agua.
De este enorme volumen, el 97.5% se encuentra en los océanos y es agua salada.
No contiene azúcar, sino una combinación distinta y mucho más heterogénea que la salada, precisó la especialista, quien aclaró que la llamada en inglés freshwater (agua fresca), que malamente se conoce en español como dulce.
La especialista dice que o menos un tres% está en otro tipo que puede ser salada también. La que consumimos proviene de un volumen sumamente pequeño del planeta.
Solo el 2.5% es dulce (freshwater), la que nos permite sobrevivir, y está en los continentes. Un 0.01% está en áreas superficiales y atmosféricas, que utilizamos en actividades domésticas, agrícolas e industriales”,.
El 2.5% del agua del planeta tiene una distribución desigual. Se concentra 90% en los casquetes polares, los glaciares y las masas de hielo.
La investigadora, coordinadora del Posgrado en Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM, dice que “si no se acaba el agua dulce, sí podemos contaminarla a tal grado que deje de ser útil para nosotros”. VIS